Teatro: "Bernarda Alba al desnudo" o "Cómo hacer un espectáculo menos que mediocre"

Si en algún momento estás dudando acerca de ir al teatro y ver la obra "Bernarda Alba al desnudo", por favor a tu tiempo, no vayas.


Tuve la mala suerte de presenciar ese intento de transgresión fallido, y de presenciar una puesta tan simple y por momentos televisiva, que me siento avergonzado ajenamente.

Hay veces en que un amigo de teatro me dice que no sale a ver teatro porque los teatros están llenos de cagadas. Y sin dudarlo un momento, puedo decir que viví esa sensación.

Si no fuera por las actuaciones de los actores (varones) que representan a Bernarda y Poncia, la obra se terminaría por desmoronar en pedazos, y no quedarían vestigios ni huellas de espectador alguno. Esto suponiendo que hablamos de un público razonable, que no sale a buscar divertimento simil tv en el espacios donde debería existir el convivio teatral por el que tanto peleamos y luchamos.






Mientras estábamos en la antesala, nos avasallaban una inmensidad de recortes de diarios, prensa, críticas, afiches de diversos formas y tamaños, con la pura intención de predisponer al espectador con las palabras de personajes del espectáculo o los medios, llenando de flores el espectáculo que existirá unos metros más adelante, unos minutos más adelante.
Luis Majul, Jorge Lafauci !! entre otros pseudo famosos, hablando de la maravilla de la obra, lo transgresora y no se cuantas cosas más.

Lo primero que pensé y comentamos fue : "Que puede saber Majul sobre teatro... y Lafauci! (lo poco que creí que sabía, con esto se fue por la borda)"

No se si me van a alcanzar las palabras para describir el espectáculo, ni tampoco tengo la intención de hacerlo, pero es la primera vez que escribo acerca de una obra, porque mi indignación lo merece.

Quizás lo más inútil, burdo, exhibicionista e irrespetuoso (al teatro y a los hacedores del teatro) es la incursión de 5 tipos desnudos que aparecen y desaparecen en "momentos tensos" o de confesión a lo largo de la obra de Lorca.
No solo se muestran desnudos y despojados de ropa, sino de talento, técnica, intención, justificación y alguna mínima célula de vida.
Son muertos en el peor sentido de la palabra. Física e intelectualmente. Cuerpos sin vida. Innecesarios, ridículos.
Sin precisión, por un antojo vaya a saber con que orientación.

Y las críticas y los recortes que hablaban de transgresión de cuerpos desnudos! Del desnudar la verdad! De mostrar un cuerpo desnudo, vulnerable! Por favor!

Luego de presenciar una puesta más de la obra de Lorca, no hace más que reivindicar al escritor y al poeta.

Si un texto de Lorca puede resistir y mantener en vilo al espectador, por más que me sepa la obra de memoria, es porque definitivamente el duende sigue vivo, y fue, es y será SIEMPRE un genio, un mago.

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